14/1/10

El Dulcero

Si nos sigues en tuiter sabrás que de vez en cuando tiuteamos oficios godinezcos, de los cuales, por cierto, habrá alguna entrada en este blog, en algún momento... Comento esto porque estoy a punto de compartir una imagen que tiene que ver con un oficio: dulcero.

Mi particular punto de vista apunta a que ser dulcero no es un oficio Godinez, al contrario, es todo un honor: repartir felicidad a los pequeños, darles caries y dolor de estómago (los pequeños siempre, siempre se exceden), etc. Y eso sin mencionar las consecuencias directas para los padres, bueno, en realidad sólo es el gasto.

Así, tener un puesto de dulces no puede ser mal visto. Peeeero, como toda regla tiene su excepción, aquí le va el verdadero, el único, el original seudodulcero, un huevón, probablemente dañado de sus facultades, que decidió hacer de la venta de dulces algo exótico, pero eso sí, portátil. Ser seudodulcero es, sin duda alguna, un oficio Godinez.

¡Niños atención! Nunca, pero jamás de los jamaseses, acepten dulces de este tipo de extraños. Si están vestidos como la gente decente, pues quien quita y les dan una rica paleta...


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