Una de mis pasiones más grandes es el futbol. Supongo viene de sangre porque mi abuelo fue futbolista, mi papá fue futbolista (no profesional) y yo no tanto futbolista, sino más bien un pelele al que le gusta el juego y el cual nunca rechaza una cascarita. La pasión por mi equipo es grande, y la victoria, derrota o empate marcan el rumbo de mi fin de semana.
Últimamente y gracias al futbol me ha entrado un chovinismo absurdo hacía mi pais y mi selección. No soy el más patriota, pero cuando juega México soy un pinche histérico al que le gusta que su equipo gane y demuestre que somos un equipo respetable. Dicho fanatismo me ha llevado a leer diarios centroamericanos diariamente, y en ellos me he dado cuenta el odio que tienen hacía su papá México (La opinión vertida en este post es única y exclusiva de Timmy y no representa las opiniones de sus amigos Godinez).
Hay un diario en especial llamado Diez en el que la frustración de los hondureños se hace presente a cada instante, llamandonos indigenas (Made in Aztlan), nopaleros (mmm Yomi), mexitacos (los míos con cilantro jóven), y chaparros (Qué les pasa! mido 1.60!). La verdad más que otra cosa me dan risa los comentarios, especialmente aquellos de carácter racista viniendo de un pais asestado de problemas sociales y con una población con influencia africana (¿irónico no? gustan de escupir para arriba). Imaginen que hasta los más "capacitados" reporteros hondureños, finalizan su escrito diciendonos "Chinguen a su madre", ah que caray!, ¿pues qué les hicimos?!
Para no hacer el cuento largo ya tengo mi boleto para ir a apoyar a mi equipo en el Azteca, y sí, seré uno más de la "escoria" que al escuchar el himno hondureño (Tu bandeeera, tu bandeeeeera) lo abucheara desde lo más profundo de su corazón.
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