18/11/09

Godinez al extremo


Que me lanzo junto con Arnoldo Suárez Nájera, colaborador de este espacio, al Campus Party, evento de trascendencia internacional sobre todo lo que tiene que ver con internet, el viernes. Y déjenme decirles que tuvimos suerte, pues gracias a que somos unos Godinez de primer nivel, no hicimos el pago y se acabaron las entradas, pero como el destino quería que estuviéramos ahí nos llegó una invitación de Movistar y nos salió, graaaatiiiiissss.

¡Y qué bueno! Por que la verdad el evento dejó mucho que desear. La conclusión fue que en México no estamos preparados para tales aglomeraciones tecnológicas. Sin embargo, rescato el hecho de haber conocido a JorgePedro, Gonzalópolis y Plaqueta (que por cierto es un bombón, je je).

El caso es que mientras Arnoldo andaba de Godinez en su oficina (llegó tarde), yo fui a conocer el área de camping, porque aunque ustedes no lo crean, como el evento duró cinco días, uno se podía quedar a dormir ahí. ExpoBancomer, ubicado en el mero Santa Fe, es un edificio frío y sin mucho chiste, como cualquier centro de convenciones. El área de "dormitorios" era un galerón gigantesco donde se alinearon decenas de tiendas de campaña, cual campo de refugiados en el lugar de África que mejor recuerdes.

Para que la banda se pudiera lavar las axilas instalaron, eso sí, cerca de las tiendas, unas regaderas con la tecnología más espectacular que México puede ofrecerle al mundo. Si ubicas los baños Sanirent, entonces sabrás cómo se ven las cajas plásticas azules. Pues así, sólo que éstas no tenían un asiento con hoyo en medio ni olían a estadio, sino que les incorporaron una regadera. Y pa' que no les diera el chill, justo afuera de las regaderas pusieron unos calentadores bien "nais".

Una vez terminado el recorrido me percaté que uno de los que iba en el tour se había quedado a dormir el día anterior (y creo que se iba a volver a quedar) y por supuesto le pregunté: ¿Qué haces si pernoctas, eh? Y su respuesta: Pues nada, bajas y bajas cosas (de internet, obvio). Me hizo el día. Créanme, no hay nada más Godinez que vivir esa experiencia de encierro voluntario en un lugar donde cada individuo que te rodea parece un alien y el único amigo que tienes es el ancho de banda de primer mundo que te costó mil varos.

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