24/11/09

¿Me prestas tu pisapapeles?

Compartiré una experiencia un tanto cotidiana de mi situación godinezca: a veces la tensión sensual entre colegas es algo inevitable. Sobretodo cuando gran parte de nuestras horas de existencia las pasamos dentro de la oficina, despacho, cubículo, etc. Sin duda, es un deporte bastante divertido el tirarle la onda a las guapas becarias o al menos guiñarle el ojo a la exótica secretaria. Tal vez producto del síndrome de Estocolmo, uno empieza a ver con buenos ojos a sus compañeras de trabajo.


Esto pareciera no tener nada de raro. Sin embargo, la consternación se produce cuando uno de tus colegas gusta deleitarse del arroz con popote y busca cualquier pretexto para acercarse a ti de manera muy poco profesional.

Y para que en tu trabajo no inicies roces innecesarios, te doy algunos consejos para mantener tu casta posterioridad. (Si conoces de técnicas o situaciones a evadir, espero las compartas):

Evade toda reunión privada con tu exótico jefe. A menos que ansíes un ascenso rápido.

Mantén una distancia no menor de 1.5 metros y nunca des la espalda.

Si tu colega te invita a comer unas dobladitas, mejor invítale unas quesadillas.

No acudas solo a las fotocopiadoras. Recuerda que si te sientes incómodo en una situación, cuéntaselo a quien más confianza le tengas.

Si tu compañero te dice: “Te faxeo el memo”. Mejor pídele que te lo envíe por e-mail.

Considera no agregar a tu compañero en Facebook, tal vez te encuentres con cosas que no querías saber.

Si te pregunta, siempre responde que tienes novia. Aunque sólo sea Megan Fox en tu mente.

Y muy importante: Mantén una excelente relación (laboral) con tu colega, no deseas tenerlo en tu contra por nada.


*Estos consejos no pretenden herir susceptibilidades y no se hacen con fines sexistas. Tómenlos como son, tonterías dispersas de su autor.


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